sábado, 5 de julio de 2008

La violencia intrafamialiar desde el punto de vista investigativo.

Problema


La violencia doméstica tiene una raíz cultural; ya que durante mucho tiempo nuestra sociedad nos ha criado con la percepción de que el hombre es quien debe trabajar y llevar el sustento; mientras la mujer es quien debe cuidar del hogar y de los hijos; esto ha producido una conducta machista en el hombre, de creer que tiene el derecho de controlar con severidad y utilizar la fuerza para “resolver los problemas”. Al mantener el poder y el control sobre la mujer, está ejerciendo una violencia efectiva de abuso sobre la vida de ella y también de sus hijos.

Como los hijos imitan a padres, se da con frecuencia que quienes en la niñez fueron testigos de abusos físicos entre sus padres, repiten la misma conducta cuando llegan al estado adulto. Aprendieron que los problemas y conflictos se afrontan con la fuerza bruta. Ese aprendizaje negativo se arraiga tanto, que muchas veces pasa de generación en generación, igual que si desde su infancia no escuchan mensajes importantes de sus padres como; "eres muy inteligente", "estás haciendo un buen trabajo" o "gracias mi amor, agradezco mucho tu ayuda" esto los lleva a ciertos comportamientos disfuncionales en la adultez, creando la co dependencia. Si a esto se añade la "glorificación" de la violencia en los medios de comunicación, podemos entender el porqué muchos seres humanos recurren a la violencia, a veces con una frialdad que asusta más que el mismo acto violento.


Conflicto


Quien ha sufrido violencia física tiene huellas visibles y puede lograr ayuda más fácilmente. Sin embargo, la víctima que lleva cicatrices de tipo psicológicas le resulta más difícil comprobarlo. A la violencia física le precede, a veces, años de violencia psicológica. La violencia psicológica es despreciar a la mujer, insultarla de tal manera que llega un momento en que ella es maltratada y cree merecer esos golpes; mientras que otras se avergüenzan por lo que les sucede. Esta conducta por parte de ellas hace muy difícil el convencerlas de pedir ayuda cuando en realidad creen que no lo necesitan y por eso prefieren mantenerlo en secreto.
La intimidación es también parte del abuso. "Si dices algo te mato." Muchas mujeres no se atreven a hablar, por las amenazas que sus maridos o compañeros lanzan contra ellas. Toda esa violencia psicológica en muchos casos impide que la mujer deje ese hogar violento.
A raíz de todo esto, la mujer se vuelve codependiente y comienza a sentirse responsable por el abuso e intenta modificar su comportamiento a fin de evitar la violencia.

Esto es aprovechado por el abusador; ya que sabe que la mujer se dejará hacer cualquier cosa, solo porque piensa que no puede vivir sin él.

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